En los últimos años, he centrado mi atención en la redacción de relatos de ciencia ficción, entendida desde una perspectiva amplia. He intentado trasladar mi particular, y subjetiva, visión de la realidad utilizando viajes interplanetarios, temática vampírica o los muertos vivientes. El vampirismo social o el canibalismo se han transformado en símbolos sutilmente introducidos para hacer una valoración de esa realidad.
He estado rescatando libros que, con el paso de los años han sido descatalogados, para conformar una biblioteca de lo fantástico.
Caníbal es un relato de ciencia ficción en el que los animales, humanizados, juegan un papel primordial dentro de la sociedad y en el tejido económico. Podemos hablar de una distopía animalista que cuestiona tanto el sistema como el antropocentrismo de las relaciones del ser humano con la naturaleza.
La vida eterna es una novela de temática vampírica cuyo discurso se centra en el vampirismo social como forma de supervivencia hiperindividualista en el contexto del capitalismo tardío.
Dos es un experimento que mezcla prosa y poesía en dos apartados independientes en los que la realidad y lo onírico se fusionan para trasladar un mensaje de respeto por las diferentes orientaciones sexuales.
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